Serie ZENCILLEZ, Lección 8/100
Una manera de conectarnos con nuestro yo interior es acudir al artista que hay en cada uno de nosotros, dejarlo salir, dejarlo florecer, permitiendo que se plasme en el exterior en una única e irrepetible obra de arte.
Y ahora mismo podrás estar pensando: “¡Pero yo no soy un artista!”. Error: todos somos artistas, todos somos creativos, soñadores e imaginadores de mundos paralelos, capaces de expresar la realidad de nuestra subjetividad a través de la escritura, la danza, el teatro, la música, la pintura o el dibujo; la escultura, la fotografía y tantas otras manifestaciones. Tal vez en algún momento te dijeron que no servías para el arte y terminaste creyéndotelo.
No se trata de servir para el arte; se trata de que el arte sirva para ti.
Y tal vez dejaste de practicar el arte porque creciste y comenzaste a jugar a dejar de ser niño. Pablo Picasso lo advirtió: "Todo niño es un artista. El problema es cómo seguir siendo artistas al crecer". Así que, dale la oportunidad al niño que hay en ti de volver a expresarse con sus mensajes, sus emociones, reflexionando sobre la existencia, sobre la vida.
Deja que el arte sea tu terapia, que te imprima sensaciones de bienestar, de sanación espiritual, de capacidad de soñar y que, a través de tus creaciones, por qué no, se pueda transmitir el patrimonio cultural a las generaciones que vienen. (3)
¿Qué esperas? Regresa al arte para que el arte regrese a ti y te acompañe en el crecimiento de tu ser. ¡Hazlo, sé feliz!
Referencias:
(1) Imagen usada en esta publicación: Tomada de Alexandr Ivanov en Pixabay
(2) Textos de la Serie Zencillez, de Estar Bien, escritos por Álvaro Posse, están inspirados en el libro: Zen, Simple Seikatsu No Susume de Shunmyo Masuno.
(3) Algunas ideas del texto de esta publicación han sido parafraseadas de "La importancia del Arte como herramienta para la sociedad" de elperiodico.com