"El proceso de convertirte en persona" - señala Carl Rogers, sucede a través de una curiosa paradoja: "cuando me acepto tal y como soy, entonces puedo cambiar".
Muchas personas se preguntan: ¿Para qué sirve el Mindfulness? Sirve para mejorar la atención, vivir instantes como únicos, regular las emociones, las relaciones personales, eliminar los pensamientos negativos y mejorar la salud. Y lo que pocos saben es que este, es un proceso validado por la ciencia.
El budismo ha enseñado que el sufrimiento se encuentra en la mente. Por tanto, es ahí donde se “combate”. ¿Cómo? “Parar y estar presente, eso es todo”. Esta es la definición que de Mindfulness aporta Jon Kabat-Zinn (García Campayo & Cebolla, 2014). ¿Y qué se hace para estar presente?
La práctica del Mindfulness ha sido identificada como la meditación, cosa que no es absolutamente correcta. Si bien, la meditación es una parte fundamental del Mindfulness -la parte formal, como la definen algunos autores- es necesario ejecutar la parte informal que consiste en llevar la atención al momento presente en las actividades que se desarrollan en la cotidianidad, dejando de estar en modo “piloto automático”.
Algunas de las técnicas para la práctica del Mindfulness son: Comer con atención plena, centrar la atención en las actividades cotidianas (ducharse, conducir, etc), realizar el escaneo corporal, atención a la respiración, la técnica de respiración de 3 minutos (para realizar meditación rápida en cualquier momento del día), atención a los movimientos corporales, el caminar, etc.
Evidencias científicas:
Existen no menos de 10 argumentos, con evidencia científica que se pueden utilizar para justificar el uso del Mindfulness para ayudar en tratamientos, en especial la meditación que es el eje principal del Mindfulness: La meditación reduce el estrés y la ansiedad, el Mindfulness aumenta la sensación general del bienestar, meditar aumenta la concentración, la atención y la capacidad para trabajar bajo presión; incrementa la velocidad a la que nuestro cerebro procesa la información; la meditación puede mejorar el sistema inmunológico; aumenta la estabilidad emocional; meditar te ayuda a ser más creativo; ralentiza el envejecimiento celular; mejora la tolerancia al dolor y ayuda a retrasar el deterioro cognitivo propio de la edad.
Adicional a los diez aspectos anteriores, se ha determinado que: “La meditación influye en el procesamiento emocional, incluso cuando no se está meditando; 10 días de Mindfulness en el trabajo mejoran la satisfacción laboral; un programa de Mindfulness puede aliviar la inflamación crónica en enfermedades como la artritis o el asma; la práctica de Mindfulness se plantea eficaz para dejar el tabaquismo; un programa de Mindfulness en la escuela mejora el comportamiento y el estrés en niños de primaria; meditar durante siete días seguidos disminuye la ansiedad y la presión arterial; la escucha de música con Mindfulness: nueva terapia en la depresión; un programa de meditación disminuye las Infecciones Respiratorias; un programa de Mindfulness disminuye el riesgo cardio vascular en personas obesas; el funcionamiento sexual mejora tras la aplicación de una intervención de atención consciente; un programa de reducción de estrés mejora la calidad de vida en mujeres tras cáncer; meditar puede ser tan efectivo como medicarse para combatir la depresión.
Álvaro Posse
Psicólogo, Educador y Bloguero colombiano
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Referencias
García Campayo, D., & Cebolla, i. (2014). Mindfulness y ciencia: de la tra. México: Difusora Larousse - Alianza Editorial.
Acebal, O. (2019). 10 argumentos científicos para practicar Mindfulness. Recuperado de: https://menteencalma.com/10-argumentos-cientificos-practicar-midnfulness/.
Siachoque, M. (2017). Estudios de Investigación, demuestran los Beneficios del Mindfulness. Recuperado de: https://tuterapiapsicologicaonline.com/estudios-investigacion-demuestran-los-beneficios-del-mindfulness/.
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