¿Te has puesto a pensar que, el bienestar es subjetivo? ¿Que lo que para unos es bueno, para otros no? ¿Que pese a poder hacer miles de recomendaciones sobre el bienestar, no todos las comprenden o las aceptan de inmediato y algunos terminan discrepando de las mismas siempre?
Por ejemplo: Una persona que consuma exceso de carbohidratos durante toda su vida porque nuestra cultura nos enseñó a alimentarnos con ACPM (arroz, carne, papa y maduro + sopa), en teoría tiene altas probabilidades de desarollar una Diabetes tipo 2 en la edad adulta o... tal vez no la llegue a padecer. La persona solo hará cambios en su alimentación cuando, por alguna razón, se haga consciente de la necesidad de tener una alimentación balanceada. Mientras eso ocurre, su bienestar, a este nivel, sin duda es subjetivo.
El error que cometemos, cuando se tiene un tipo de información como la expuesta es: JUZGAR. "Pero mire como come de mal" -solemos decir, mientras la persona, inocente de sus actos, disfruta de un delicioso coctel de carbohidratos...
Es aquí cuando la actitud de quien sabe (o cree saber) debe ser la intención de servir, de enseñar si le corresponde y de tener compasión, es decir, comprender sin juzgar, la condición actual de sus semejantes...
Así que, la próxima vez que veamos a alguien, en condiciones que no aprobemos, debemos entender que el juicio que pretendemos lanzar se basa en nuestro bienestar subjetivo y no en el de la persona que estamos mirando.
Álvaro Posse
Psicólogo, Educador y Bloguero colombiano