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Foto del escritorAlvaro Posse

La adicción a los conflictos

La adicción a los conflictos y la personalidad conflictiva, es una de las características de personas que crecieron en el seno de familias tóxicas, llenas de discusiones donde cada quien peleaba hasta el cansancio por tener la razón, incluso yéndose a los golpes u optando por la indiferencia.


El resultado: personas que como un imán son atraídas hacia contextos sociales no menos conflictivos, generando antipatía ante sus semejantes, discriminación, ausencia de amabilidad y gratitud y una extrema dificultad de vinculación.


Estas actitudes, tal vez heredadas de generación en generación en muchos casos, y acrecentadas -en ocasiones- por temas de salud con componentes genéticos, hacen que las personas tengan características como las siguientes:


1.- Rigidez mental: Son personas del todo o nada, del blanco o negro donde la falta de flexibilidad mental hace que las respuestas se basen, en términos generales, en la agresión, la crítica o la autovictimización.


2.- Manipulación: Estas personas tienen la tendencia de manipular a las personas más allegadas, evidenciando una pobreza enorme en torno a su gestión emocional, generando pesadez en los ambientes: difundiendo chismes, mintiendo, inventando, criticando, humillando, dominando y ofendiendo.


3.- Nula tolerancia a la frustración: a cambio, culpabilizan a los demás de sus propios actos, presentando un drama que, a veces, logra compadecer a las personas que están alrededor.


4.- Emociones negativas: las emociones positivas, casi siempre, se encuentran lejos de sus radares: lo negativo hace parte de su discurso: Todas las cosas, las personas y las situaciones, son malas, al punto de carecer de la capacidad reflexiva sobre su propio y lesivo comportamiento. La empatía está lejos de ser una de sus características.


La solución


Si existiera una técnica de neurocirujía que solucionara este problema, cabría la posibilidad de realizar una intervención quirúrgica en el cerebro de estas personas, interviniendo estructuras como la amígdala para bajar la reactividad, el hipocampo para modificar patrones de conducta interviniendo los recuerdos como posibilidades rígidas de proyección al futuro y a las neuronas prefrontales para mejorar los procesos de pensamiento, lógica y creatividad, entre otras áreas cerebrales.


Como de seguro esta cirugía, bajo las técnicas del bisturí no existe, la alternativa de solución se basa en dos aspectos:


El primero que, la persona, por alguna razón, por haber caído lo suficientemente bajo o por haber hecho consciencia de su situación o por algún esfuerzo de su voluntad, esté dispuesto a cambiar y manifieste su interés decidido en eso. Todo paciente que se quiera aliviar, de lo que sea que fuere, requiere querer hacerlo.


Y el segundo, recurrir a las técnicas del Mindfulness, de explorar y caminar en el modo ser, de meditar y de recibir asesoría profesional al respecto. Existen casos plenamente documentados por la ciencia, con tratamientos de ocho semanas, por ejemplo, donde las personas dejan la adicción al conflicto y encuentran, literalmente, un mundo -para ellos- diferente.


Te invitamos que explores la publicación “Tu cerebro con Mindfulness y la Técnica REBAP”. Seguramente te sorprenderás sabiendo que, en todo ser humano existe la posibilidad. Ingresa AQUÍ


Álvaro Posse

Psicólogo, Educador y Bloguero colombiano.


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Referencias


Personas adictas a los conflictos en @psiquiatriafuncional, tomado de: https://www.instagram.com/p/Cqg_aCOOGXv/


“Tu cerebro con Mindfulness y la Técnica REBAP”, recuperado de: https://www.alvaroposse.com/post/tu-cerebro-con-mindfulness-y-la-t%C3%A9cnica-rebap


Imagen de Ryan McGuire en Pixabay

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