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Terapias constructivas

La Psicología Positiva se puede incorporar a casi cualquier abordaje terapéutico, en este caso a las terapias constructivas que son reconocidas con muchos otros nombres: postmodernas, narrativas, discursivas, conversacionales, socio-constructivistas, post-estructuralistas, etc.


Las terapias constructivas asumen que la realidad se construye de manera social. Así, terapeuta con paciente generan una reflexión a través del diálogo bajo las siguientes características:


1) Se establece una relación entre el conocimiento y la identidad, donde el significado que se da a una experiencia, se construye a través de las interacciones entre las personas.


2) Existe una atención especial a los contextos: cultural, familiar, laboral, etc. Se valora el conocimiento local. El terapeuta entiende la vida del paciente desde el punto de vista de este: de sus problemas, de sus historias, de sus soluciones.


3) El paciente (o cliente) es la estrella porque él es el único experto en su propia vida. Él es quien tiene la capacidad de tomar decisiones sobre su propia vida.


4) El medio protagonista es el lenguaje: se realizan preguntas, diálogo, conversación... Todo esto genera significados. Se incluyen varias perspectivas o voces, por ejemplo, preguntas: ¿Quién más ha notado ese cambio en ti? ¿Cómo crees que ella valorará tu logro?


5) Son colaborativas: La terapia se hace con alguien. No se le hace a alguien.


6) Actitud del terapeuta: debe ser empático y respetuoso. Promueve el interés por el paciente. Asume un interés por lo que funciona bien: por los propósitos, valores, sueños, esperanzas y compromisos de los pacientes.


7) Evaluación de los efectos del problema, transformándolos de negativos a positivos.



Álvaro Posse

Psicólogo, Educador y bloguero colombiano


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